Unión Corazón

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Las enfermedades cardiovasculares son unas de las causas más frecuentes de morbilidad y mortalidad en la población colombiana en donde 15 y el 20 % de toda la población activa sufre un trastorno cardiovascular alguna vez durante su vida laboral y la incidencia de esta enfermedad aumenta con la edad. De manera que, entre los 45 y 64 años, más de la tercera parte de las muertes de los varones y más de la cuarta parte de las muertes de las mujeres están causadas por este grupo de enfermedades. Este Blog ayudará a aclarar dudas y recibir orientación sobre cómo mantener una SALUD CARDIOVASCULAR. Aquí podrás encontrar información útil, videos orientativos y guías de cuidado para tu salud y la de tu familia.

 

¡BIENVENIDO A UNIÓN CORAZÓN!

1. Vida Saludable

¿Por qué proteger nuestro corazón?

El corazón es el órgano más importante del ser humano, una máquina que trabaja las 24 horas del día, los 7 días a la semana sin parar. Sin el corazón, ningún otro órgano funcionaría, por eso es fundamental cuidarlo en todas las etapas de la vida. Es el encargado de bombear la sangre oxigenada a todos los órganos del ser humano para que pueda mantenerse vivo. Si no cuidamos nuestro corazón, no va a bombear la sangre oxigenada con la misma efectividad a todos los órganos del cuerpo y esta falla de conducción generará problemas de salud. La principal enfermedad que se desencadena enfermedades del corazón es la aterosclerosis, que es el estrechamiento de las arterias por colesterol y placas. El taponamiento de las arterias puede producir infarto y que el corazón deje de recibir sangre suficiente para bombearlo al resto del cuerpo, lo que puede generar consecuencias como falla cardíaca, infarto, trombosis.

 

¿Cómo seguir una vida saludable? Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte y discapacidad a partir de edades medias en los países desarrollados. A continuación te presentamos 10 recomendaciones para que disminuyas el riesgo de padecerlas o mejores tu calidad de vida si ya has sufrido alguna de ellas

Es importante para mantener una vida saludable:

• Practica una alimentación cardiosaludable: equilibrada y variada. Las frutas, verduras, hortalizas, pescado, aceite de oliva, carnes magras, cereales y lácteos desnatados no deben faltar en tu cocina. Recuerda: sal, azúcares y alcohol sólo en pocas cantidades.

• Dedica 30 minutos diarios a ejercitar tu cuerpo. Elige el ejercicio que más se adapte a tu condición física: caminar, bailar, correr, actividades al aire libre… ¡Muévete por tu salud!

• No fumes. Y si lo haces, ¡déjalo ya! Aun fumando poco se multiplica el riesgo de sufrir ataques cardiacos o cerebrales. Busca ayuda si no puedes dejarlo solo. Tu médico evaluará tu estado y te aconsejará sobre cómo conseguirlo. ¡Querer es poder!

• Controla tu peso. Mide tu Índice de Masa Corporal (IMC). Es fácil: divide tu peso en kilos entre tu altura en metros elevada al cuadrado. Si el resultado es mayor de 25 kg/m² se considera sobrepeso. Por encima de 30 kg/m² es obesidad.

• Vigila la grasa acumulada en el abdomen, ya que es peligrosa para el corazón. Mide tu perímetro abdominal a nivel del ombligo. En la mujer debe estar por debajo de 88 cm y en los hombres por debajo de 102 cm.

• Comprueba tu tensión arterial. Si eres una persona sana verifica anualmente que tu tensión sigue por debajo de 140/90 mmHg. Si eres hipertenso también debes mantenerte por debajo de estas cifras. Si ya has sufrido un problema cardiovascular, cerebrovascular, renal o eres diabético, tu tensión tiene que estar por debajo de 130/80 mmHg. En estos últimos casos, los controles y medidas preventivas han de ser permanente.

• Revisa tus niveles de colesterol y glucosa. La mejor manera de mantenerlos a raya es seguir una dieta sana y hacer ejercicio. Si tras un análisis en ayunas tus cifras están por encima de 190 mg/dl de colesterol total y 110 mg/dl de glucosa, debes consultar con un especialista.

• Conoce tu riesgo cardiovascular y cuál debe ser tu estilo de vida. Acude al médico con un examen físico y tus antecedentes personales y familiares. Consúltale todo lo que quieras: qué dieta seguir, qué ejercicios hacer, qué factores pueden perjudicar tu salud… Actuar a tiempo es la clave para reducir los peligros.

• Comparte tus dudas y problemas. Intercambiar experiencias te permite aprender y dar ejemplo para que otras personas se interesen por cuidar su corazón. Recuerda también que tu familia puede ser un gran estímulo y apoyo para superar cualquier dificultad en el cumplimiento de los objetivos de salud. ¡Cuenta con ellos!

• Aprende a controlar tu estrés y ansiedad. El aumento de tensión emocional es peligroso para el corazón. El estrés en casa y en el trabajo hace más difícil seguir un estilo de vida cardiosaludable. ¡Relájate!

 

 

 
2. Enfermedad Cardiovacular

¿Qué es la Hipertensión?

La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para padecer y morir como consecuencia de un evento cardiovascular de forma prematura y es la segunda causa de discapacidad en el mundo. También es la principal causante de la enfermedad isquémica cardiaca y del accidente cerebrovascular.

La hipertensión es la elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida. Para entenderlo mejor es importante definir la presión arterial. Esta enfermedad puede pasar inadvertida y es más frecuente a partir de los 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.

La hipertensión supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobreesfuerzo. Este incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.

En aquellos pacientes que ya han tenido un problema cardiovascular, la hipertensión puede intensificar el daño.

Propicia la arterioesclerosis (acúmulos de colesterol en las arterias) y fenómenos de trombosis (pueden producir infarto de miocardio o infarto cerebral). En el peor de los casos, la hipertensión arterial puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar su dilatación (aneurisma) o rotura (lo que inevitablemente causa la muerte).

 

¿Qué es la Diabetes?

La diabetes mellitus es una enfermedad que se produce cuando el páncreas no puede fabricar insulina suficiente o cuando ésta no logra actuar en el organismo porque las células no responden a su estímulo. Quienes padecen este trastorno tienen más riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Es vital aprender a prevenir la diabetes y mantener a raya este factor de riesgo cardiovascular.

Tanto si la producción de insulina es insuficiente como si existe una resistencia a su acción, la glucosa se acumula en la sangre (lo que se denomina hiperglucemia), daña progresivamente los vasos sanguíneos (arterias y venas) y acelera el proceso de ateriosclerosis aumentando el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular: angina, infarto agudo de miocardio (así como sus complicaciones y la mortalidad posterior al infarto) y la muerte cardiaca súbita. El riesgo cardiovascular de una persona diabética de padecer un evento cardiovascular se iguala al de una persona no diabética que haya tenido un infarto.

También incrementa la posibilidad de enfermedad cerebrovascular o afectación de las arterias periféricas. Para entrar en el cerebro la glucosa no necesita insulina, ya que penetra directamente desde la sangre. Mantener unos niveles constantes de glucosa en la sangre (entre 60-110 mg/dl) evita que se produzcan daños a nivel del sistema nervioso.

La diabetes puede dañar diferentes órganos: los ojos, con disminución progresiva de visión que puede desembocar en ceguera; los riñones, con pérdida creciente de la función renal que puede terminar en diálisis; el sistema nervioso periférico con alteración de las sensibilidades de los miembros inferiores, lo que supone un grave riesgo de úlceras y amputaciones; el sistema nervioso autonómico con alteraciones digestivas, urinarias y de la esfera sexual (impotencia) y las arterias de las extremidades inferiores con riesgo de amputaciones.

  

 
3. Cuidados de la alimentación 

¿Qué puedo hacer para comer sano?

La dieta que más beneficios produce a nivel cardiovascular es la dieta mediterránea. La dieta y control de obesidad se debe considerar como una herramienta de tratamiento de alto impacto en la efectividad y control del riesgo y enfermedades cardiovasculares.

El riesgo de la obesidad depende en gran medida de la localización de la grasa y hábitos nutricionales, siendo aquella que se acumula en el abdomen la que afecta en mayor medida al corazón. La obesidad central tiene peores consecuencias para el metabolismo, ya que favorece el desarrollo de diabetes y gota.

Además quienes la padecen tienen altas posibilidades de acumular grasa también en otros órganos vitales, lo que favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares. Para aprender a pensar saludable a la hora de comer siempre tener en cuenta:

• “La alimentación no sirve sólo como tratamiento sino también como prevención”

• “Cuando la alimentación es mala, la medicina no funciona. Cuando la alimentación es buena, la medicina no es necesaria”

• “Es beneficioso establecer rutinas para impedir que en el futuro padezcan enfermedades relacionadas con el peso”

 ¿Cómo tener una alimentación saludable?

Si quieres empezar a disfrutar de los beneficios de comer sano, aquí te dejamos algunos consejos que te ayudarán a conseguirlo:

• Consume diferentes tipos de alimentos al día: Es preferible consumir una variedad de alimentos todos los días porque nuestro cuerpo necesita diversos nutrientes y energía que un solo alimento no puede ser capaz de cubrir.

• Consume siempre frutas, verduras y legumbres: No solo son ricos en vitaminas y minerales que protegerán tu salud, también contienen fibra dietética, esta es necesaria para bajar tu absorción de azúcar y reducir el colesterol en tu sangre. Además, ¡favorecen la digestión y tienen pocas calorías! Lo ideal es que consumas 2 raciones de verdura y 3 de fruta en el día

• No abuses del consumo de grasas animales: Las grasas animales, con excepción de la que proviene del pescado, aumenta el riesgo de obesidad o padecer enfermedades del corazón. Por eso, en su lugar prefiere grasas de origen vegetal (girasol, oliva, soya, maíz), deben formar parte de tu alimentación diaria. Recuerda, los alimentos grasos pueden saber bien, pero aportan más calorías que otro por lo que no hay que comerlos en exceso.

• Reduce el consumo de carnes rojas: Ten en cuenta que las carnes rojas de vacuno, cordero y cerdo, las cecinas, los embutidos, las vísceras, (sesos, riñones, hígado) y la yema de huevo contienen grasas saturadas y colesterol. Estos alimentos elevan los niveles de colesterol en la sangre, incrementando el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares.

• Reduce el consumo de sal: Para los adultos la OMS recomienda consumir menos de 5 gramos (un poco menos que una cuchara de té) de sal por día. Medidas prácticas: eliminar el salero de la mesa, preparar las comidas con menos sal, y disminuir el consumo de alimentos enlatados y comidas preparadas.

• Reduce consumo de azúcar: Recuerda que el excesivo consumo de azúcar se asocia a un mayor riesgo de obesidad. 

Tips de recetas saludables 

 

 

 
4. Actividad Física

Los beneficios del ejercicio físico en la salud son, en general, consecuencia de las adaptaciones que se producen por la práctica regular de ejercicio físico. Actúan a TODOS los niveles en el organismo y curiosamente TODOS son favorables desde el punto de vista de la salud y se traducen en un amplio arsenal de beneficios clínicos.

Una sola sesión de ejercicio semanal ya puede inducir cambios favorables en la presión arterial, la diabetes, la ansiedad... Otros beneficios exigirán una dedicación más mantenida. Todo esto al final se traduce en menos enfermedad, menos necesidad de medicación y menos necesidad de ingresar en el hospital. Disminuyen los infartos, las arritmias, la insuficiencia cardiaca, los accidentes cerebrovasculares y cáncer. Mejoran el descanso nocturno, el estado de ánimo, la depresión y la ansiedad, la capacidad para pensar con claridad y el rendimiento cognitivo, incluso el riesgo de demencia. Los huesos son más sanos y fuertes, y esto, junto al aumento de la fuerza tiene un impacto importante en la gente de mayor edad, con menos caídas, más independencia y menor deterioro en general.

Algunos “tips” para iniciar una meta de ejercicio son:

- Los mejores ejercicios para los pacientes diabéticos son los ejercicios aeróbicos que movilizan grandes grupos musculares (ciclismo, natación, remo, carrera, senderismo)

- Cada sesión de ejercicio debe durar al menos 10 minutos y prolongarla paulatinamente hasta 40 min o más

- Es importante progresar lentamente en las intensidades para evitar complicaciones y calentar y enfriar durante 5-10 minutos antes y después de cada sesión con ejercicio aeróbico de baja intensidad

- Los mejores resultados se obtienen cuando se combinan los ejercicios con fortalecimiento muscular a intensidad moderada 2-3 días a la semana.

- Es importante estar atentos a los síntomas de alarma como dolor torácico, fatiga inusual, molestias internas en el tórax, palpitaciones, mareos y pérdidas de conocimiento.

¿Como no fallar en el intento?

- Haz una lista de actividades físicas que te gustan y planificar con tu médico cuáles son las más adecuadas para ti.

- Empieza de forma progresiva hasta realizar por lo menos 30 minutos diarios todos o casi todos los días de la semana.

- Camina de forma regular hasta alcanzar un objetivo de 10000 pasos diarios.

- Para no aburrirte, cambia de actividad con frecuencia.

- Guarda un registro de la actividad física realizada.

- Realiza el ejercicio con más gente para mantener la motivación.

- Sube por escaleras en vez de utilizar el ascensor.

- Utiliza videos didácticos de programas de ejercicio.

- Asiste a clases de baile.

Pide apoyo a tus familiares y amigos

 

 
5. Adherencia al tratamiento y autocuidado

Con frecuencia, las personas con diabetes e hipertensión no consiguen los objetivos de control fijados por el médico. Entre las causas relacionadas con el mal control está la falta de adherencia terapéutica a los medicamentos, toma incorrecta y malos hábitos de autocuidado.

Las personas a menudo no toman los fármacos según se les han prescrito y los profesionales sanitarios no son conscientes de las dificultades que estos pueden tener con la administración de estos.

Se considera mala adherencia al tratamiento farmacológico no tomar dosis correctas, no respetar intervalos entre ellas, olvidar alguna toma, suspende el tratamiento antes del tiempo recomendado.

La adherencia terapéutica es fundamental para el éxito del tratamiento, teniendo un impacto apreciable en el control glucémico y los resultados clínicos. Las personas con buena adherencia presentan mejores cifras de HbA1c, menor riesgo de ingresos hospitalarios, menor mortalidad y menor gasto sanitario total.

¿Como sabemos si estamos tomando los medicamentos adecuadamente?

Clásicamente se ha analizado la falta de adherencia terapéutica utilizando una prueba en la consulta, en el que se le pregunta al paciente por la toma de los fármacos, es importante preguntarse:

- ¿Se olvida alguna vez de tomar los medicamentos para tratar su enfermedad?

- ¿Toma los medicamentos a las horas indicadas?

- ¿Cuándo se encuentra bien, ¿deja de tomar la medicación?

- ¿Si alguna vez se siente mal, ¿deja usted de tomar la medicación?

 

¿Cómo puedo mejorar adherencia al tratamiento?

La falta de adherencia terapéutica es un fenómeno de múltiples causas asociadas al estilo de vida del paciente , hay personas que quieren seguir el tratamiento, pero no lo consigue por motivos fuera de su control (edad avanzada, olvidos, falta de comprensión de las instrucciones, incapacidad para obtener el tratamiento)

Algunos tips para mejorar la adherencia a tratamiento pueden ser:

- Reconocer los medicamentos con nombres o colores sencillos

- Organizar un horario de toma, (alarma de celular) para recordatorio de toma

- Usas pastillero de bolsillo en el bolso o maletín de viaje y cuando salga de casa

- Organice las de la semana y vigile si le sobran o faltan dosis

 

EL AUTOCUIDADO

El concepto de “autocuidado” ha aparecido más frecuentemente en nuestra cotidianidad. No obstante, ¿qué significa “auto cuidarse”? ¿por qué es tan importante y qué nos aporta? ¿cómo auto cuidarnos? En la entrada de hoy, hablaremos sobre ello, y proporcionamos algunos “tips” para potenciar el autocuidado en la vida diaria

Autocuidado supone una implicación de la propia persona en la búsqueda activa de su bienestar tanto físico como psicológico/emocional

“Mi responsabilidad llega hasta donde empieza la del otro”

El autocuidado proporciona a la persona una estabilidad física y psicológica en su día a día. Permite encontrarse en sintonía consigo mismo y auto comprometerse a lograr objetivos. Supone encontrar un espacio propio y poder ofrecer lo mejor de uno mismo y a nuestro entorno (laboral, social, etc).

El autocuidado y compromiso con el cuidado de su enfermedad es una de las principales herramientas
para fortalecer el tratamiento y evitar complicaciones

¿Cómo podemos autocuidarnos?

- Identificar qué aspectos nos proporcionan bienestar y malestar físico y emocional

- Fomenta lo que te hace sentir bien

- Suprime qué te resta energía

- Tener una autoestima saludable y un autoconcepto positivo sobre nosotros mismos

 
 

 

 

 

 

 


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